
Carissa Broadbent
Carissa Broadbent
He estado preocupando a profesores y padres con cuentos implacablemente sombríos desde que tenía aproximadamente nueve años. Desde entonces, mis historias se han vuelto (ligeramente) menos deprimentes y (¿ojalá mucho?) más legibles. Hoy, escribo novelas de fantasía con una buena dosis de damas rudas y una gran pizca de romance. Cuando no estoy escribiendo, trabajo en mi empleo diario en marketing de ciberseguridad, viendo demasiadas películas o dibujando. Vivo con mi prometido, un conejo muy bien portado, un conejo muy mal portado y un gato perpetuamente escéptico en Rhode Island.
He estado preocupando a profesores y padres con cuentos implacablemente sombríos desde que tenía aproximadamente nueve años. Desde entonces, mis historias se han vuelto (ligeramente) menos deprimentes y (¿ojalá mucho?) más legibles. Hoy, escribo novelas de fantasía con una buena dosis de damas rudas y una gran pizca de romance. Cuando no estoy escribiendo, trabajo en mi empleo diario en marketing de ciberseguridad, viendo demasiadas películas o dibujando. Vivo con mi prometido, un conejo muy bien portado, un conejo muy mal portado y un gato perpetuamente escéptico en Rhode Island.